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jueves, 1 de noviembre de 2012

ALL HALLOWS EVE

Ha llegado el día!!!

Sé que deberíamos haber subido esto ayer, que fue Halloween, pero estando todas de fiesta quien iba a tener tiempo de leerla?

Aquí os dejo... All Hallows Eve

((No apta para cardíacas))


- Yo... ¡No sé cómo me has liado para ver esto! - dijo Abigail agarrándose con fuerza al robusto brazo del que sería su marido en unas semanas y escondiendo la cara en su hombro – Kyle, ¿cómo te pueden gustar estas películas?

- ¿Cómo no me van a gustar? Te pegas tanto a mí – le contestó Kyle sin despegar los ojos de la pantalla en la que un fantasma acaba de desnucar a un pobre chico sólo con mirarle – Y te dejaste liar porque no salimos con los chicos esta noche. Dijiste que me lo compensarías como fuera.

- Ya... pero no pensaba precisamente en esto – le dijo escondiéndose detrás del cojín.

- Está bien – resopló Kyle mientras apagaba al DVD y guardaba la película en su caja correspondiente – No quiero hacértelo pasar mal mi amor. Tengo que ir al baño, ¿te importaría recoger las palomitas? - y después de decir esto salió corriendo.

Abigail miró la puerta por la que había salido su novio con una sonrisa en los labios, podía ser tan crío a veces, después de 5 años saliendo juntos aún era capaz de sorprenderla, pero eso no quería decir que no pudiera ponerse serio cuando hacía falta, a Abi le habían pasado muchas cosas en esos años y Kyle había estado siempre a su lado apoyándola en lo que podía.

Sonrió otra vez pensando en lo feliz que la hacía sentir mientras cogía el bol con las palomitas e iba a la cocina a dejarlo, cuando se quiso dar cuenta ya había recogido la sala de estar y había fregado todos los platos pero Kyle aún no había aparecido y eso la preocupaba, no es que tuviera miedo de que le hubiera pasado algo, de lo que tenía miedo era de lo que podía estar maquinando, a él le encantaban esas fiestas y como ella le hacía quedarse en casa todos los años siempre preparaba algo para asustarla, aunque debía admitir que siempre desembocaba en una buena sesión de sexo así que nunca se había quejado de los sustos más de lo necesario.

Terminó de ordenar la cocina y salió al pasillo para ir hacia su habitación cuando de repente se fue la luz y ahogó un grito, a los pocos segundos una figura fornida la empotró de cara a la pared, una de las manos subió por debajo de su camiseta hasta cerrarse sobre uno de sus pechos mientras la otra se metía en el pantalón y la ropa interior de Abi y frotaba su sexo lentamente. Hubiera gritado pero reconocería aquel aroma intoxicante en cualquier sitio. De todas formas el “desconocido” no tardó en hablar.

- Te voy a castigar por dejarme sin Halloween otra vez – su voz era amenazante y profunda y podía sentir su erección contra su trasero a través de su pantalón y el de él – Hoy voy a mandar yo. Te voy a castigar por ser mala hasta que grites mi nombre. ¿Lo has entendido? - Abigail no le contestó para ver hasta donde podía llegar su prometido – Abi contéstame, no me obligues a meterte nada – la chica no contestó y él cogió una de las manos de ella en la suya de forma que tuvieran extendidos el dedo corazón y el índice y los demás cerrados en un puño, luego las bajó y empujó los dedos dentro de ella – Te lo repito por última vez... - le dijo mientras la ayudaba a masajearse - ¿Lo has entendido?

- Sí... - le contestó con la voz entrecortada.

- Así me gusta.

Se separó de ella y le dio la vuelta para que se quedara mirando hacia él y le miró a los ojos por primera vez desde que aquello había empezado, era el mismo amor con el que la miraba siempre pero había más lujuria en aquellos ojos color miel que la volvían loca y estaba deseando que se la demostrara. La cogió de la mano y la llevó casi a rastras hacia la habitación que estaba iluminada con un montón de velas, la dejó frente a la cama mientras que él se sentó sobre el raso negro de las sábanas, su erección más evidente ahora que estaba recostado sobre la cama – Desnúdate para mí.

Ella lo hizo sin rechistar, no quería probarlo otra vez, aún le temblaban las piernas de la primera vez.

Kyle se levantó y fue hacia ella, la luz de las velas reflejándose en su piel pálida le daba un color dorado, se apretó contra ella y cogió su culo con las dos manos, empezó a besarle con la boca abierta por el cuello y la mandíbula y la fue llevando hacia la cama.

- Las gatitas malas como tú se merecen unos azotes – en ese momento le dio uno  y Abigail se sorprendió gimiendo en el oído de su novio – Te gusta, ¿verdad? Creo que con veinticinco serán suficientes – la empujó sobre la cama y se sentó en arrastrándola hacia él para tumbarla boca abajo sobre sus  piernas exponiendo más su trasero – Vas a ir contándolas y si te saltas algún número volveremos a empezar, ¿vale?

Ella sólo asintió con la cabeza no confiaba en su voz. Sintió como paseaba su mano por su trasero y su espalda cuando de repente notó el primer azote.

- ...Uno... - otro - …Dos... - otro, esta vez con más fuerza - ...¡Tres!... - pasó los dedos por su sexo y los hundió profundamente.

- Umm... estás tan húmeda... te está gustando – le dijo con su voz profunda – Será mejor que sigamos.

Kyle siguió azotándola una y otra vez mientras ella gritaba los números, de vez en cuando se burlaba de ella introduciendo sus dedos en ella lentamente, para cuando Abi gritó veinte estaba deseando tenerle dentro.

- Aún no gatita – le dijo mientras bombeaba sus dedos dentro de ella – Sigue contando.

Abigail siguió gimiendo números como pudo mientras su prometido seguía azotándole con los dedos de su otra mano aún dentro de ella masajeándola con más fuerza de lo normal.

- Vein...ti...umm...cinco...

- Ésta es mi gatita... - le dijo acariciándole el culo con suavidad aliviando la sensación de quemazón por culpa de los azotes.

Abi reconocía que la había sorprendido con ese juego, había resultado más excitante de lo que habría imaginado, nunca habría pensado que estar a la merced de Kyle pudiera excitarla tanto. Le gustaba ver esa cara de su novio con ella.

La ayudó a levantarse y se la sentó a horcajadas encima de su erección que palpitaba bajo los pantalones de cuero que llevaba, le puso las manos a cada lado de su cara y la besó con hambre buscando su lengua, pasó las puntas de los dedos por todo su cuerpo con cuidado. Ella enredó los dedos en su pelo y consiguió separarlo de ella.

- Deja la delicadeza para otro momento... - le susurró al oído cogiéndole las manos y bajándolas para colocarlas sobre su culo. Él se lo apretó acercándola más a su miembro y la besó el cuello mientras Abi rozaba sus caderas contra las de él.

- La sientes ¿verdad? - le dijo Kyle despegando la boca de sus pechos hinchados de excitación lo suficiente para hablarle – La deseas ¿verdad? Quieres que te tire encima de la cama y te dé desde detrás hasta hacerte gritar mi nombre.

Ella por única respuesta le arañó la espalda cuando él se metió uno de sus pezones en la boca y empezó a degustarlo.

- ¿Y qué harás para que te recompense metiéndome hasta el fondo? - volvió a hundir la cabeza en los turgentes pechos de ella.

- Lo que sea...

- ¿Lo que sea? - le repitió él.

Asintió con la cabeza mientras se levantaba sin despegar los ojos de la cremallera de sus pantalones. Kyle se dio cuenta y abrió las piernas para que ella se acomodara entre ellas. Desabrochó el botón y bajó la cremallera y tan pronto como su miembro duro como el diamante estuvo a la vista lo engulló entero de forma hambrienta.

- Umm... eso es... - empezó a gemir él mientras hundía la mano entre la melena de Abi para guiarla y seguía el ritmo que llevaba su novia con las caderas – Eres una gatita muy buena... - pasó la otra mano por debajo del cuerpo de ella y masajeó uno de sus pechos con fuerza – Oh... Dios... para... ¡PARA! - la separó de él y se levantó tirándola con fuerza sobre la cama – Ponte de pie y inclínate hacia delante – ella hizo lo que le mandó y puso las manos sobre el colchón para soportar su peso. Sintió como acariciaba su cuerpo con una mano para meterla entre sus piernas y hundir 3 dedos dentro de ella. Arrugó la sábana con los puños cuando el primer orgasmo de la noche la sorprendió. Por suerte para ella Kyle pasó un brazo alrededor de sus caderas para sujetarla mientras temblaba – No me importa que te hayas corrido ya, aún falto yo y sabes que puedo aguantar todo lo que quiera. ¿Quieres que vaya fuerte o con suavidad?

- Rápido y con fuerza.

Sin mediar palabra se enfundó hasta el fondo en ella y sin dejar que se ajustara a su tamaño le cogió las caderas y empezó a empotrarse contra ella, cada empujón enviaba el cuerpo de ella hacia delante y la hacía soltar un grito ahogado, él sonrió y empezó a aumentar el ritmo y la fuerza de las embestidas, podía sentirla tensarse a su alrededor y de nuevo pasó su brazo por debajo de las caderas de ella para sujetarla otra vez y impedir que se moviera.

- Grita... vamos gatita... grita... mi... nombre... ¡YA! - ella sacudió la cabeza para decirle que no, quería saber hasta donde llegaba su paciencia – Haz lo que... te... digo... - levantó la mano y le pegó en el culo otra vez.

- ¡AH!... ¡AH!... - quería probar su paciencia pero no podía evitar gritar de éxtasis - ¡AH!... Kyle... ¡Kyle! - sentía como otro orgasmo se apoderaba de ella y esa familiar tensión se liberaba - ¡KYLE!

Cuando se relajó y consiguió recuperar la respiración notó como su novio salía de ella con calma mandando escalofríos por su columna vertebral, Kyle se sentó en la cama y Abi no pudo evitar ver que aún no se había relajado.

- ¿Más?

Él la tomó de las manos y la guió hacia la cama, ella se sentó a horcajadas sobre aquel hombre que la miraba con una dulce sonrisa en la cara y que la cogía de las caderas para hacer que sus cuerpos encajaran perfectamente otra vez, haciéndoles gemir suavemente. Abigail le miró a los ojos poniendo los brazos alrededor de su cuello y le sonrió.

- Más o menos... quiero terminar por algo especial...

- A mí me ha parecido algo especial cariño.

- Algo más especial – cerró los ojos y respiró hondo - ¿Estás bien?

- Perfectamente, cariño – le contestó confusa - ¿Te pasa algo?

- Ha llegado el momento... - abrió los ojos y Abigail se le quedó mirando con los ojos como platos, Kyle la miraba con los ojos de color rojo escarlata y los colmillos brillando a la luz de las velas – Es lo que querías, ¿verdad?

- Sí... entonces, ¿vas a transformarme? - llevaba años deseando que lo hiciera, para poder estar con él para siempre, de todas formas nadie la esperaba en ninguna parte ni la iban a echar de menos, llevaba dos años viviendo en las sombras con Kyle y nadie había preguntado por ella o habían denunciado su desaparición de modo que no le importaba dejar su vida a la luz del día.

- Sólo si tú quieres.

Abi asintió con la cabeza y se preparó para el mordisco, Kyle le había dicho que era excitante pero aún así tenía miedo de que le doliera. Sintió como los afilados colmillos del vampiro que le había robado el corazón le atravesaban la piel y empezaban a sacar la sangre de sus venas, al principio le dolió pero luego se pasó y no pudo evitar mover las caderas al mismo ritmo con el que su prometido bebía su sangre.

Kyle notaba como Abi movía sus caderas alrededor de él y como poco a poco sucumbía al mordisco y perdía fuerzas hasta quedarse inmóvil, ese fue el momento preciso, dejó de beber y se hizo un corte sobre la yugular y puso la boca de ella encima para que empezara a beber pero no reaccionaba.

- No no no no no no... por favor no... - se aseguró de que la mujer de su vida tenía la boca abierta sobre el corte y que éste estuviera bien abierto y saliera sangre suficiente – Abi por favor...

Puso la mano entre su pelo para que la boca de ella no perdiera el contacto con su cuello y la rodeó con los brazos rezando por que reaccionara. Pasaron cinco, diez, quince minutos pero la joven humana no se movía y Kyle casi no podía contener las lágrimas. Él quería pasar la eternidad con ella, por eso lo había hecho, no quería que muriera, mucho menos tener que cargar con su muerte.

- Por favor Abi... vuelve...

Se dio cuenta de que todavía estaba dentro de ella pero no podía salir, no podía moverse, no iba a rendirse, no iba a dejar que se fuera sin presentar batalla y si se movía para tumbarla sobre la cama a lo mejor perdía la oportunidad de que empezara a beber. Acercó uno de sus dedos a sus colmillos y clavó en él uno de ellos para empezar a sangrar, separó a la que esperaba fuera su mujer en unas semanas y le metió el dedo en la boca. A lo mejor eso funcionaba.

Miró detenidamente la figura inerte que descansaba en sus brazos mientras esperaba que reaccionara, si no lo hacía prepararía una hoguera para quemar su cuerpo y esperaría junto al fuego hasta que saliera el Sol, si no iba a pasar la eternidad con ella no hacía falta que la pasara de ningún modo. La sangre caía por sus mejillas mientras lloraba por lo que había perdido, era inútil, había pasado media hora y no reaccionaba, se había ido...

Iba a tumbarla sobre la cama cuando sintió como las manos de ella empezaban a cerrarse alrededor de sus brazos y empezaba a beber suavemente de su dedo, probó a ponerla en su cuello otra vez y soltó el aire que había almacenado en los pulmones hacía media hora cuando se dio cuenta de que empezaba a beber de ahí.

Poco a poco la preciosidad que tenía en brazos y que había vuelto a la “vida” fue recuperando fuerzas y al cabo de unos segundos sus colmillos atravesaron su piel para demostrar que el cambio había terminado. Al poco tiempo sintió como Abigail se cerraba a su alrededor otra vez, los nervios de darse cuenta de que su amor estaba bien le habían hecho olvidar que todavía estaba dentro, ella lo tiró hacia atrás en la cama después de saciar con él su sed de sangre y empezó a moverse mientras le miraba con unos intensos ojos violetas, después de varios suaves empujones dentro de ella ambos llegaron al orgasmo y pudieron relajarse.

Abigail apoyó la cabeza sobre el pecho de Kyle y tocó la punta de sus nuevos colmillos, levantó la cabeza y le sonrió cálidamente, él la cogió de la barbilla y le besó la punta de la nariz, luego volvió a poner la cabeza sobre su pecho y se dejó llevar por los dedos de él revolviendo entre su pelo, notó como su almohada estiraba el brazo y le daba al botón que bajaba las persianas al tiempo que veían las primeras luces del amanecer. Al poco tiempo ambos estaban dormidos.



Feliz Halloween

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